lunes, 15 de noviembre de 2010

PR-A 344 Sendero "Solidario El Avion"- Refugio Postero alto






Este sendero describe un trazado que recorre las principales bases de apoyo y rescate del avion americano siniestrado el 8 de marzo de 1960 en el paraje Paratas de Chorreras Negras, en la ladera norte del Picon de Jérez, y gracias al auxilio de los vecinos de la comarca logró que este accidente no acabase en tragedia.Este sendero que recorre parajes de gran belleza es un homenaje a la memoria y recuerdo de aquellas gentes.


 
El 8 de marzo de 1960, tuvo lugar el accidente de un avión de las fuerzas navales de EE.UU, en el paraje Paratas de Chorreras Negras, en la ladera norte del Picon de Jérez. Las condiciones climatológicas eran muy adversas, pero con la valentía, el coraje y el conocimiento de la sierra por parte de los vecinos de Jérez, Lanteira y pueblos de la comarca, se logró que este accidente no acabase en tragedia.

 
Este sendero, que transcurre por parajes de gran belleza, describe un trazado que recorre las principales bases de apoyo y rescate del avion siniestrado, y es un homenaje al recuerdo y memoria de aquellas gentes.


 
Datos Técnicos


Tipo de Recorrido:      Lineal

Longitud:                    19km (12km hasta Chorreras Negras)

Tiempo:                      5h ida, 4 h regreso

Altitud máxima           2.450m

Desnivel:                    1203m
Dificultad:                   media-alta


Tipo de terreno:          Pista, camino forestal y vereda.


Ubicacion:                  Sierra Nevada


Localizacion:              Jérez del Marquesado (Granada)




Reportaje completo en http://www.enlabuhardilla.com /      CLIC AQUI

.















sábado, 5 de diciembre de 2009

Impongo prudencia a mis pasos




Los caminos y luces con sus formas y reglas imponen su crudeza, pero en la mente danza obstinada la vida como un brote de olivo en un monte olvidado.
Aprecio la belleza en soledad, sin testigos que arañen la desnudez del instante. Yo ordeno a mi boca que calle y escuche a la tierra que habla. Yo impongo la prudencia a mis pasos.
Sobre todas las formas rompe el día y siento el vértigo de su extrema belleza.


.

Sendero de la ermita de la Cruz de Huécija
04-10-09

.
Foto cortesía de http://www.enlabuhardilla.com/
 
.
 

lunes, 14 de septiembre de 2009

Del brillante blancor alpino a la subdesértica arcilla de Almería.



Ayer, nuevamente, los caminos ofrecieron sus cauces a nuestros pasos. Los ocres
traspasaban los ojos con la agudeza de unas obstinadas sendas que nos mostraban
la cara y cruz de las verdades: Del brillante blancor alpino a la subdesértica
arcilla de Almería.
Nuestra patria en su albor acogió con esmero las desganas y
afanes. La renuncia y la entrega. Y en su luz inundó las horas de franqueza y
bondad.
Nada podría detener la acogida. Las fuerzas pertenecen a la tierra que
sostiene nuestra certeza. Nada es apariencia. Los cuerpos sienten cómo la
energía se funde y complementa formando parte el uno del otro. Compartiendo
dinámicas exactas, paralelas emociones, inquietudes que danzan en pos de nuevos
empeños.
Confieso que no consiguió la lluvia aplacar la fiesta, su caricia
impregnó el suelo y levantó algunos sueños
.


Jm


Imágenes cortesía de Pilar González. http://www.enlabuhardilla.com/


.


viernes, 4 de septiembre de 2009

Adaptando los pasos al camino





26 agosto 2009

Muchas veces, vemos la montaña de lejos, hermosa, interesante, llena de desafíos. Pero cuando intentamos acercarnos, ¿qué ocurre? Que está rodeada de carreteras, que entre tú y tu meta se interponen bosques, que lo que parece claro en el mapa es difícil en la vida real. Por ello, intenta todos los caminos, todas las sendas, hasta que por fin un día te encuentres frente a la cima que pretendes alcanzar.Paulo Coelho
Manual para subir Montañas



El bus de la empresa Rivas, conducido por José Luis, nos acercó desde nuestra residencia en Les Houches (los tres chalés que bautizamos como Villa Arriba, Villa Enmedio y Villa Abajo) hasta Saint-Gervais donde cogemos el Tramway du Mont-Blanc, el tren cremallera más alto de Francia, que nos subiría hasta Le nid d'aigle (2372m), no exento de bullicio por parte de los más de treinta españoles que prácticamente completábamos el aforo del vagón, pero mucho tuvo que ver en la jarana el típico trompetero suizo que encontramos en la estación, y que con su singular instrumento musical, Trompa de Los Alpes de unos tres metros de largo, nos hizo participar en el alboroto con buena gana y mejor humor.

Desde Le nid d'aigle (2372m) debíamos ascender hasta el refugio de la Téte Rousse (3.167m) por nuestros propios medios, sin más guía que el instinto y por toda pauta, las marcas rojas de pintura en algunas rocas a modo de señalización. Confieso que se me aceleró el pulso sólo de ver la empinada y pedregosa senda a seguir.

El primer tercio del ascenso es empinado y abrupto pero asequible, estaba muy transitado por otros muchos alpinistas que también subían y algunos que esas horas incluso bajaban; el numeroso grupo que componíamos se fue poco a poco distanciando en este primer tramo, es importante que cada uno pueda llevar su propio ritmo aunque también no perder de vista a los demás. Carlos, Pilar y yo íbamos todavía juntos compartiendo ritmo y fatiga, paramos a descansar unos instantes, no más de un minuto para no enfriarnos, el tiempo justo para una foto y un trago de agua. Al emprender el camino nos pasaron dos compañeros, Guri y Domingo, precisamente del grupo que días antes habían coronado el Allalinhorn (4.027 m).

Continúamos el ascenso; los pies se arrellanan en el interior de cada bota y ésta al tortuoso camino que va ganando el dificultad; los cuádriceps ya empiezan a notar el desgaste de energía. El ascenso al Mont-Blanc no es una competición contra nadie, creo que en todo caso se compite contra las propias limitaciones haciendo acopio de voluntad, dosificando el esfuerzo, adaptando cada paso al ritmo que impone el camino y sobre todo sintiéndose parte del lugar que en esos momentos estamos compartiendo con la naturaleza.

El segundo tercio es algo más generoso que el anterior, el camino nos obsequia con un brevísimo altiplano que nuestros pies y aliento agradecen; quizá preámbulo dúctil, del inicio de la tercera fracción del ascenso que no se amilana a la hora de retarnos con toda la fuerza de la montaña: impacientes aristas, ceñidísimos pasos, ángulos pedregosos y un viento glaciar que a cada recodo te escupía a la cara con helada saña, poniendo a prueba tu decisión de subir hasta la Téte Rousse o darte media vuelta y regresar. Cometí el error de no preparar adecuadamente mi atuendo, me enfrenté a la montaña sin la ropa adecuada, y pasé del calor al frío y del frío al calor en varias ocasiones. Cuando debía haber utilizado el cortavientos sólo encontré un chubasquero en la mochila; cuando debía doblarme adaptándome al camino las perneras del pantalón, algo lacias, se enredaban en cualquier saliente. A esas alturas ya me había descolgado de Pilar y Carlos; notaba la humedad en los pies y en el cuerpo, y eché en cuenta que no llevaba calcetines ni camiseta de repuesto; el agua además me empezaba a escasear y no llevaba ni una solo barrita energética que podría haber utilizado en caso de emergencia, emergencia que no llegó a suceder porque de pronto me encontré delante de un asombroso campo blanco, agrietado, una enorme lengua de hielo bajando del Mont-Blanc al encuentro del glaciar Bionassay, y al fondo el refugio de la Téte Rousse (3.167m).



JM

martes, 1 de septiembre de 2009

Derrotados por la abundancia

















25 agosto 2009



La madrugada nos ofreció relámpagos y algunos truenos. Os puedo asegurar que siempre es relajante para el alma y las pestañas oír la lluvia, sentir el ritmo y la fuerza de las gotas de agua al empapar el suelo y los tejados, pero sentirlo allí mismo, en el corazón de Los Alpes, fue especialmente energizante y alentador.

Así y todo hicimos una salida breve, en un tren de cercanías visitamos localidades próximas a Les Houches empleando el resto del día al consabido Shopping por el centro de Chamonix. Por la noche también en Chamonix, con la lluvia nuevamente envolviéndonos en delgada lámina de agua, nos dirigimos a uno de los restaurantes del centro de la ciudad. Nada fácil encontrar mesa, sin reserva previa, para unos veinte comensales dispuestos a probar todas las fondues que de carne, queso o chocolate se nos pusieran por delante. Derrotados por la abundancia, no fuimos tampoco capaces de acabar con las raclettes de queso que se pusieron en las mesas, aunque ciertamente algunos nos pusimos hasta las cejas.



.

domingo, 30 de agosto de 2009

Saas Fee. La voluntad del destino







24 agosto 2009



Trece cimas de 4.000 metros protegen la población suiza de Saas Fee, en el cantón del Valais. Nos detenemos en esta ciudad, de poco más de 1.600 habitantes, una hora aproximadamente con objeto de acompañar a seis de los compañeros que se aventuraron a alcalzar la cumbre del Allalinhorn (4.027 m) que separa el valle de Matter y el de Saas, alcanza una altura de 4.027 m. y es objetivo ideal en las primeras experiencias en rutas alpinas glaciares.

Tras la rápida visita a Saas Fee nos dirigimos a la ciudad de Tash, con objeto de tomar el tren cremallera que nos llevara a la ciudad de Zermatt, como las anteriores perteneciente al Cantón suizo de Valais y desde la cual se puede divisar el mitico Cervino (4.478 m), posiblemente la montaña más conocida de los Alpes por su forma de pirámide. Esta peculiar montaña está localizada en la frontera entre Suiza e Italia, entre la localidad suiza de Zermatt y la italiana de Breuil-Cervinia en el valle de Tournanche.



En esta ciudad, Zermatt, nos dedicamos al shopping pues prácticamente se nos fue todo el tiempo entre autocar, esperas, tren, autocar. No obstante damos el tiempo por bien empleado, pues tuvimos ocasión de recorrer sus prolijas calles, avizorar el Cervino, compartir canciones y bromas con los lugareños y, como no, degustar parte de su esplendida gastronomía.

Se trata de pequeñas ciudades muy cosmopolitas donde los únicos vehículos que circulan tanto en Saas Fee como en Zermatt son los mini buses eléctricos de los hoteles y comercios del pueblo, y donde además es posible conseguir relojes Swatch a buen precio. La moneda oficial es el franco pero aceptan de buen grado el euro. 1€ =1,44 CHF


Los viandantes, venidos de todo el mundo son parte del paisaje de estas ciudades abiertas a la voluntad del destino donde el futuro es una decidida apuesta hacia atrás, progresar al ayer, al tiempo detenido sin que el rio y la vida dejen de fluir ni de mirar hacia adelante.

.

Amanecer en los Alpes. L’Aiguille du Midi





23 agosto 2009


La primera mañana en Los Alpes, nos invitaba a desafiar al cansancio. La noche había sido templada en la tranquila localidad de Les Houches, población de poco más de 3.000 habitantes a 1.000 de altitud, perteneciente a la Alta Saboya y distante con Chamonix-Mont-Blanc unos 8,7 km (11 min).

Isabelle, la persona responsable de atender a los 10 inquilinos de Villa Abajo, entre los que me encontraba, nos entregó unas tarjetas con las cuales podíamos hacer uso gratuito del transporte urbano, utilísimas tarjetas que utilizamos en bastantes ocasiones.

Cada amanecer en Les Houches era un nuevo hallazgo que justificaba por sí mismo el cansancio y el esfuerzo de cada día. Alcanzar la niebla, pugnar con el viento, irradiarse de luz, sentir el silencio, la desnudez del aire, la lluvia que sorpresivamente arrancó con fuerza en dos ocasiones, el cielo prieto y oscuro denso de estrellas; cosas evidentes que nos pasan inadvertidas en la inercia donde habitualmente nos desenvolvemos.

Fue también Isabelle quien nos llevó en varias y meteóricas carreras a bordo de una pequeña furgoneta hasta Chamonix. Los primeros llegamos a las 09:00 a la estación donde se cogen los telecabinas, poco a poco fueron llegando el resto de expedicionarios. Tras adquirir suficientes tarjetas MultiPass, sobre las 12:00 fuimos izados por el teleférico más famoso del mundo hasta la cota más alta de les Aiguilles de Chamonix: L’Aiguille du Midi que desde sus 3.842 metros de altitud nos permite admirar panorámicas de las principales cumbres de Francia, Suiza e Italia.
Sobre las 14:00 emprendimos caminando a buen ritmo el regreso por un hermoso sendero salpicado de estrechas corrientes de agua hasta la estación ubicada en Montenvers, en las faldas mismas del glaciar La Mar de Glace donde sobre las 17:30 tomamos el tren cremallera que nos llevaría de regreso a Chamonix y desde allí con la tarjeta gratuita de transporte urbano facilitada por la amable Isabelle regresamos a Les Houches, donde algunos pudimos relajarnos en la templada piscina de Villa Abajo.

En Villa Enmedio se estaba preparando una enorme barbacoa para culminar este primer día de actividad alpina.

Sobre las 23:00 muchos empezaron las copas, algunos nos fuimos a dormir, no sin antes dejarnos envolver, con la respiración contenida, por el mágico atractivo del lugar. Las estrellas llevaban rato adornando el cielo. Es el día y la noche lo que nos transita, nos recorre en sus paisajes prendiéndonos de llamas los contornos y el aliento.

.